Cuida tu energía
Muchas veces cometemos el error de pensar que nuestra cantidad de energía es infinita y, por lo general, perdemos la noción de las acciones que realizamos a lo largo del día. Esto nos puede llevar a hacer cosas que, sin darnos cuenta, nos drenan esa energía de forma innecesaria.
Por ejemplo, solemos invertir tiempo y energía en situaciones sobre las cuales no tenemos ningún tipo de control, y al persistir en ello caemos en algo que es sumamente perjudicial: la queja, que parte de la frustración y actúa como una manera de desahogarse cuando no logramos conseguir los resultados que deseamos.
La queja no ofrece resultado alguno más allá de ser una forma de expresar sentimientos negativos y por lo cual tiende a ser una forma de comunicación sumamente tóxica que contamina, no sólo nuestra energía, sino la energía de los que nos rodean. Es por ello que es importante que cuidemos nuestra energía y tomemos consciencia de aquello en lo que decidimos invertirla.
La clave está en enfocarse de forma eficiente en las situaciones que puedes controlar realmente, y actuar siempre con la intención de generar resultados productivos.