¿Un buen jefe o un buen salario?¿Qué es mejor?
Si algo hemos aprendido de la gran cantidad de pérdida de talentos en las empresas como resultado de tendencias post-pandémicas como el Quite Quitting, es que los empleados no dejan malos trabajos, dejan malos jefes.
La mayoría de las veces un empleado tiene un problema con una empresa, tiene que ver con algo relacionado con su jefe. Y es que, en el centro de la ruptura de la relación gerente-empleado, se encuentra la falta de confianza, respeto y empatía. Cuando se va más allá del llamado del deber de las exigencias del empleador, y este responde con insensibilidad e inflexibilidad durante su momento de necesidad, la relación en ese momento exacto se empieza a quebrar.
En pocas palabras, los empleados prefieren tener buenos jefes que trabajar en una gran compañía con un gran sueldo. De hecho, un estudio reciente encontró que el 65% de los empleados preferiría tener un mejor jefe que un aumento de salario.
La balanza se inclina hacia tener un jefe que te brinde confianza y reconozca tu trabajo porque hacen que tu experiencia laboral sea mucho mejor. Los empleados prefieren trabajar en un ambiente saludable con un jefe que los escuche, y es por ello que las empresas deben entender que el dinero o los beneficios no garantizan que podrán retener a un buen talento si se tiene a un mal jefe. Un buen jefe es, sin duda, uno de los mejores incentivos para mantener al personal contento y comprometido.